1.¿ Ellos te abandonarían?
2.¿ te matarían o maltratarían solo porque no te puedes defender?
solo hay algo claro que como ellos no hay dos, los animales son tan únicos y especiales que lastimosamente con el tiempo nos hemos encargado de acabar con ello. Los seres humanos no tenemos limites siempre queremos mas y mas, todo esto tiene pros y contras; pero quien soy yo para juzgar, solo quiero mostrar la verdad y decir al mundo "PREFIERO SALVAR LA VIDA DE UN ANIMAL, A LA DE UN SER HUMANO". Tal ves esto suene algo incoherente, estúpido o como le quieran decir, pero debemos tener claro quien en realidad daría todo por nosotros.
¿Maltrato o genocidio animal?
Sin embargo, ¿Qué hay de los animales que no vemos? ¿Qué hay de las miles de especies que habitan en los bosques, montañas, ríos y pantanos? ¿Nos importan acaso? ¿No son ellos también maltratados?...
No, no son mal-tratados, son sencillamente exterminados: la creciente deforestación de bosques, selvas y montañas; la contaminación de ríos, lagos y ciénagas; la eliminación de pantanos y humedales, en actividades mineras, extractivas e industriales constituyen la peor amenaza para las especies animales y vegetales; si nos indigna la injusta violencia emprendida contra los animales en las ciudades, mayor debe ser nuestra indignación contra aquellas personas, organizaciones y políticas que permiten, estimulan y protegen la destrucción a gran escala de la vida.
El “progreso” no puede convertirse en una divinidad a la que hay que sacrificarle la biodiversidad de nuestro planeta, para obtener sus frutos y bendiciones; el “progreso” que se hace a costa de suprimir la vida y la biodiversidad, no es progreso verdadero. Megaproyectos como la Colosa, en Cajamarca, Tolima y Angostura, en el páramo de santurban (Santander) son ejemplos de ello. No es posible sostener un “crecimiento” económico ilimitado, en un planeta con recursos limitados; se hace necesario estudiar, criticar y transformar las muchas prácticas socioeconómicas que –como la megaminería de oro- destruyen nuestro plantea.
http://lacomunidad.elpais.com/tara-merlin/2009/3/25/maltrato-animal
Ser animalista en Facebook
Que las redes sociales presentan una extraordinaria utilidad práctica es algo imposible de negar. Como vehículos para difundir de forma inmediata cualquier tipo de información son muy valiosas y gracias a ellas, además de innumerables asuntos banales, podemos tener conocimiento de cuestiones fundamentales para nuestro trabajo, ocio o actividad de diferente índole. En ese sentido las funciones mecanicista y de construccionismo social de la comunicación se enriquecen notablemente, y demostrada está su capacidad de convocatoria en un espacio mínimo de tiempo. Pero en algunas de ellas existe un lado oscuro que no podemos olvidar ni dejar de divulgar, pues no hacerlo nos covertiría en simples consumidores alienados y domesticados. En este caso me refiero a Facebook, probablemente la más conocida y con mayor número de miembros.
La aberración es la tauromaquia, no su abolición
¿Por qué es la víctima, siempre privada de voz y derechos, la que por boca de otros ha de rogar que no le asesinen y no es a su ejecutor a quien se le detiene la mano letal que le arrancará la vida lenta y brutalmente? ¿Por qué es aquel que abomina del crimen el que ha de luchar por abolir su licitud mientras el sayón disfruta del beneplácito del sistema? ¿Por qué es la violencia la norma establecida y la justicia una quimera tan difícil de alcanzar?
¿Por qué os torturan y morís en la arena y en las calles, toros de esta España tenebrosa y sanguinaria, bajo los aplausos de los verdugos, de la horda que se deleita con vuestra agonía y de la administración que procura permisos y dineros para que se cumpla la condena que os fue impuesta apelando a la tradición, al negocio, a la diversión… Dejadme que lo llame por su nombre y diga más bien que rebuscaron los motivos en la perversión.
Juan José Padilla regresa... a matar
Juan José Padilla, hoy anuncias que volverás a matar toros en los ruedos, de hecho explicas que ya lo has hecho en las últimas semanas durante tu "entrenamiento". Como quien desvela que regresará a campos de guerra y miseria para procurar alivio a los seres que los habitan, hablas de superación, responsabilidad e ilusión. Añades incluso los términos responsabilidad y gloria como si tu destino fuese ineluctable y esperases honores empíreos por tus actos. Y puede que así sea para algunos, pero otros, matador, sólo sentimos desagrado y vergüenza ante tu retorno a las plazas.
Tus manos no restañan heridas sino que las abren. Lejos de infundir sosiego tu presencia arrastra la ominosa estela de la sangre derramada, el sufrimiento y la muerte de criaturas con plena capacidad para el padecimiento físico y psíquico. No encabezas un grupo de hombres dispuestos a proporcionar consuelo a quienes atenaza la angustia, pero sí lideras una cuadrilla ejercitada, como tú, para provocársela a las víctimas que una legislación aberrante os proporciona para que las torturéis hasta la muerte. ¿Gloria, decías? Explícame qué nobleza hay en ser paladín, propagandista y ejecutor de la violencia, qué dignidad en dedicar la propia vida a destruir brutalmente otras.
Crueldad o Deporte??
Revelas orgulloso en qué arena reaparecerás después la cogida. Una cornada de la que no me alegro porque ni para los verdugos encuentro satisfacción en el dolor, me bastaría con que a nadie le estuviese consentida la faceta de sayón. Y un terrible empitonamiento que compruebo que aun arrancándote nervios y huesos no pudo devolverte aquello de lo sin duda carecías: la empatía con el dolor ajeno y la ética de no encontrar placer, arrogancia ni negocio en la agonía de un animal.
Comparaciones que duelen
Cuando las víctimas pierden la memoria
No os demandamos amor, pues sin rechazarlo tenemos el de los nuestros y es suficiente para procurarnos la felicidad tal y como nosotros la entendemos. Pero es tan frágil esa alegría cuando los hombres rondáis por las cercanías... Seguramente recordaréis aquellos vagones repletos que, hace apenas setenta años, comandados por seres humanos como vosotros, separaron al final de su trayecto y para siempre a tantas familias, justo al detenerse en estaciones donde la sangre y la ausencia dibujaban las palabras tortura y muerte en sus andenes. Sois animales de otra especie y acaso a veces no acertéis a entender cómo son nuestro miedo y nuestro dolor, por eso os ponemos tan terrible ejemplo, para que os sea más fácil comprender que si el habla nos separa y esa diferencia nos condena, el sufrimiento nos equipara y sin embargo parece no ser razón suficiente para que dejéis de matarnos.
Un Derecho Izquierdo...
El avance del voto comprometido con los derechos de los animales (y por coherencia con los de los seres humanos), es innegable. Pero también lo es la certeza de que la división de fuerzas unida a una Ley Electoral profundamente injusta y partidista elaborada por y para los grandes, no han permitido obtener lo que hubiera sido tan necesario: representación animalista en las Cámaras.
Por ello la reflexión es sana y necesaria. No se trata de perder identidades propias pero sí, de cara al futuro, de construir en base a las coincidencias y de buscar acercamiento en las diferencias, para de ese modo conformar un frente común que conlleve a resultados efectivos en esta causa.
Los responsables de los diferentes grupos deberían de analizar lo ocurrido y obrar en consecuencia. Las decisiones se tomarán en pequeños comités, pero éstos necesariamente tienen que escuchar a los que dotan de validez a sus proyectos: los afiliados y simpatizantes. Seguramente si lo hiciesen se encontrarían con que el deseo de que muchas de las personas que les otorgan su confianza, es trabajar unidos para evitar el debilitamiento que la división implica.
Por ello la reflexión es sana y necesaria. No se trata de perder identidades propias pero sí, de cara al futuro, de construir en base a las coincidencias y de buscar acercamiento en las diferencias, para de ese modo conformar un frente común que conlleve a resultados efectivos en esta causa.
Los responsables de los diferentes grupos deberían de analizar lo ocurrido y obrar en consecuencia. Las decisiones se tomarán en pequeños comités, pero éstos necesariamente tienen que escuchar a los que dotan de validez a sus proyectos: los afiliados y simpatizantes. Seguramente si lo hiciesen se encontrarían con que el deseo de que muchas de las personas que les otorgan su confianza, es trabajar unidos para evitar el debilitamiento que la división implica.
Hemos perdido una oportunidad. No cometamos el mismo error una y otra vez porque las víctimas de nuestra necedad son los que defendemos: los animales. La organización de fuerzas es posible, sólo hay que tener la voluntad de emprender ese camino.
Pobresitos Animales :c
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